miércoles, 27 de febrero de 2008

Frank Capra y el New Deal


Como hemos visto en la entrada anterior, la Depresión supuso un auténtico mazazo para los ciudadanos norteamericanos. La recuperación no sólo había de ser económica y social, también se tenía que lograr una recuperación cívica y moral. Mientras en otros países se cayó en regímenes totalitarios, en Estados Unidos se mantuvo el sistema de la democracia liberal.
El New Deal del presidente Franklin D. Roosvelt logró estos objetivos. Y contó con la ayuda de un gran número de escritores, artistas y cineastas. Entre ellos podemos destacar al director de cine de origen italiano Frank Capra.

Frank Capra, el autor de Vive como quieras, Juan Nadie, ¡Qué bello es vivir! o Sucedió una noche, se ganó la frase que lo definía como” la imagen del New Deal" porque logró con sus películas difundir el optimismo que Roosevelt intentaba insuflar con sus discursos patrióticos. Son películas, netamente norteamericanas, estaban destinadas a glosar la importancia de la libertad del individuo y la influencia de sus actos más mínimos para con el conjunto de la sociedad. Una persona sola, si tiene razón, fe, entusiasmo y talento, nunca puede fracasar, viene a decirnos Capra en sus distintas fábulas. El propio Capra manifestó en 1971 cuáles habían sido las líneas maestras que inspiraron su trabajo: "Deseaba cantar a los trabajadores, a los hombres y mujeres sencillos y corrientes, a los que habían nacido pobres, a los afligidos. Quería apostar a favor de todos los marginados a causa de su raza o lugar de nacimiento, de todos los que luchan y tienen esperanza. Y, sobre todo, deseaba defender su causa en las pantallas de todo el mundo".

En el secreto de vivir (1936) muestra a un millonario que decide no serlo, que prefiere el trombón y escribir versos mientras su dinero sirve para ayudar a multitud de pequeños propietarios (en el cine de Capra ser pequeño propietario era casi el ideal lógico de toda la humanidad). Caballero sin espada es la magnificación del político honesto frente a los políticos profesionales, devorados por la maquinaria del poder. En Juan Nadie, su protagonista es un jugador de béisbol astutamente manipulado por políticos de significación derechista. Cuando él descubre de qué juego es víctima, piensa en suicidarse ante sus seguidores para, como un Cristo moderno, abrir los ojos de la multitud. Capra renunció a este final y buscó otro más acomodaticio.
Tal vez la película de Capra más conocida es !Qué bello es vivir!, que se ha convertido en un clásico de las Navidades. De nuevo asistimos a un suicidio frustrado, pero ahora es un ángel quien interviene, y le hace ver cómo sería su comunidad sin su existencia.

Aunque Capra también tenía sus detractores (le llamaban “la abuelita Capra” por sus fábulas llenas de personajes bondadosos) – y es cierto que algunas películas suyas no han resisitido muy bien el paso del tiempo- no podemos negar que todavía nos emocionan algunos de sus planteamientos.

Una referencia a Qué bello es vivir en http://angellapresta.wordpress.com/2000/04/14/que-bello-es-vivir Un fragmento de la película (la famosa escena final)
Una versión - actualizada y con un poco de cachondeo – sobre la escena del pánico bancario, en http://es.youtube.com/watch?v=RMhNj4-NlJo ¡Feliz Navidad!,

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